La lava y las grandes columnas de cenizas iluminadas por rayos de un volcán al sur de la capital de Filipinas impidieron cientos de vuelos, mientras que las autoridades advirtieron sobre una posible "erupción explosiva".
Casas y calles bordeadas de arena fina alrededor del volcán Taal, que cobraron vida el domingo acompañadas de una serie de terremotos, obligando a al menos 10,000 personas a buscar refugio en los centros de evacuación.
"No podías dormir más, porque cada vez que cerrabas los ojos en casa", dijo la propietaria del restaurante, Lia Monteverde, a la AFP, diciendo que los terremotos se disolvieron en minutos.